Gracias a la colaboración de los cursos que se sumaron, fue posible elaborar ocho canastas solidarias con diversos alimentos donados, destinadas a familias que atraviesan momentos de dificultad.
Esta experiencia no solo brindó apoyo concreto, sino que también permitió al estudiantado fortalecer principios fundamentales como:
– Respeto: reconocer y valorar la dignidad de quienes enfrentan situaciones complejas.
– Responsabilidad: asumir de manera voluntaria un compromiso con causas que benefician a otros.
– Trabajo en equipo: comprender que cada aporte cuenta y que juntos podemos generar un impacto significativo.
Finalmente, cabe destacar que la intención es replicar esta iniciativa durante los meses de noviembre y diciembre, períodos especialmente sensibles para muchas familias debido a los gastos y desafíos socioeconómicos propios de fin de año.
